18 junio 2006

Cosas que no llegaron hasta nuestros días II

Volvemos con cosas que se perdieron en décadas anteriores o que al menos tuvieron su momento de apogeo años atrás. Se trata de un terreno complicado e inóspito, nos podemos encontrar con cuaquier cosa, así que hay que descubrirlo poco a poco. Comencemos...


  • Muelle loco

La primera vez que lo vi sentí lo más parecido a la hipnosis. Bajaba él solo las escaleras!!! Aquello era el límite de la industria juguetil. Antes hagamos un poco de historia:

Un tal Richard James, con ingeniero mecánico como profesión que trabajaba en la Marina estadounidense, se encontraba en un barco cuando un muelle saltó de una mesa. A James se le ocurrió que la idea del muelle podía servir como juguete para los críos. Esto hizo que se pasara 2 años experimentando cual debía ser la longitud y el ancho total del muelle para que hiciera todas las virguerías que sabemos que hace. A la mujer de James, Betty, se le ocurrió que aquella cosa tenía que llamarse Slinky ("muelle" o "muelle loco" en España).

James consiguió un stock de 400 y un espacio en los grandes almacenes Gimbels. La idea era que Betty y una amiga compraran un par para animar a la gente, lo cual no llegó a pasar porque la gente se arremolinó y en hora y media volaron todos. Aquel 1 de noviembre del 1945 ganó 400 dólares, y el precio de 1 dólar la unidad se mantuvo hasta 1994 donde subió a 2 dólares. James, después de aquello se montó la empresa James Industries con máquinas capaces de fabricar montones de Slinkys en poco tiempo.

A James se le fue la olla y se unió a una secta y se fue a Bolivia. Su mujer se encargó de la empresa tras varias reorganizaciones. Los Slinkys han servido para estudiar cómo se propagan las ondas en institutos y la NASA, y en Vietnam, los soldados lo utilizaban como antena para la radio.

Información obtenida de El jardín de flores curiosas.

La cosa es que los muelles estos fueron desapareciendo poco a poco y hoy es raro ver alguno por ahí. El último homenaje que recuerdo es la aparición de uno en la película Ace Ventura 2.

Aquí podéis encontrar una página web sobre los Slinkys, y aquí un vergonzoso vídeo de promoción.

  • Manos locas

Siguiendo en la línea de los juguetes "locos", tenemos a las manos locas, un instrumento que consistía en una especie de moco alargado en cuyo extremo tenía la forma de una mano. Estaba recubierta de una sustancia algo pegadiza, lo cual, unido a la flexibilidad le confería esa característica "locura". La diversión era lanzar la parte de la mano sobre personas o cosas y, algo que era muy gracioso como lanzarla contra la pared y ver como iba bajando cual lagartija. Cuando se llenaba de mierdecilla, se le podía volver a dar el poder adherente lavándola con agua y jabón. Una característica más hijadeputa, y que seguramente muchas mentes perturbadas pensaron en su día, era creernos con el poder para poder capturar monedas o billetes que estaban por ejemplo en otra mesa. Lo bueno es que era barato, recuerdo que con algunos pastelitos y cosas así lo regalaban. Si es que era la leche!

  • Chinitos de la suerte

Esto no fue moda, fue una fiebre. Todo el mundo con chinitos colgando por todos lados. Supuestamente daban suerte, pero es que a casi todo se le puede añadir "... de la suerte". Me parece que según cual tuvieras te daba suerte en una cosa. Paz, amor, dinero, salud, etc... las combinaciones eran casi infinitas. ¿Si llevabas 8 chinitos de amor me convertiría en Arturo Fernández? ¿Y combinando Dinero y Amor significaba que esa noche me iba a ir a las putas?

En fin, una moda sólo comparable a la de los chupetes de la suerte. Lo mismo pero en chupete.

Si buscas por ahí, aún se pueden encontrar algunos a la venta, sobre todo en páginas web de compra-venta.

  • La caja esa con clavos que toma la forma de cosas

Y es que no sé el nombre real del artilugio este, pero atraía la curiosidad de todo el mundo. Se trataba de una especie de caja de madera con clavos sin punta en una de las caras, ponías por ejemplo la mano, la girabas y los clavos caían, entonces, por el lado contrario que era de plástico transparente se quedaba la forma y... molaba. Al principio se pone todo, pero las formas estrella son la mano y la cara. Contraindicaciones: si vas a casa de alguien y tiene una cosa de estas, no te fíes y te lo pongas en la cara, alguien puede haber querido saber cómo es la raja de su culo o su picha formada por clavos.

  • El teletrebol

¿Os acordáis? Un mando a distancia que costaba una pasta de la época (4000 ptas. según he leído) que, en teoría, abría un mundo de posibilidades en el mundo de la televisión. El resultado fue una de las mierdas más grandes jamás vista. Desde tu casa podías jugar en los concursos de algunos programas con los botones del mando, pero no caló lo suficiente y desapareció, pero el tema aún fue más oscuro: un concursante ganó un coche en un programa y como con el paso del tiempo ni lo olió, denunció y a algunas personalidades de Telecinco se le cayeron el pelo. Lo cierto es que Telecinco por aquella época daba para esto y mil cosas y un producto de esta clase era cuestión de tiempo. Luego llegó Sony y copió los botones del mando para su Playstation.

Poco le duró la sonrisa a Laura Valenzuela

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- Cosas que no llegaron hasta nuestros días III

- Cosas que no llegaron hasta nuestros días IV

- Cosas que no llegaron hasta nuestros días V

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2 Eructos:

A las 9:51 a. m., Anonymous Anónimo eructó...

jojojo que descubrimiento este blog, me he puesto nerviosa y todo!
Puedes hacer una sección de jueguetes del un, dos, tres que no tenian desperdicio, como por ejemplo... la botibota, un, dos, tres, responda otra vez.

 
A las 12:26 p. m., Blogger Palmz eructó...

Muchas gracias por el comentario, me apunto la petición a ver que puedo hacer.

 

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